domingo, 11 de marzo de 2012

Programa 11/12 del 11 de Marzo del 2012

Violencia de Género desde una perspectiva masculina

Invitado: Víctor Fernández Macgregor

La violencia como ya se ha dicho, tiene muchos matíces, muchos rostros, y también muchas interpretaciones y mitos; la construcción social de la sociedades desde épocas remotas ha basado en casi todas las culturas una relación de poder entre hombres y mujeres, e ineherente a esta relación se han justificado las actitudes violentas. Se ha  asignado un rol a cada persona según su género y en estos roles sociales se han reproducido patrones de conducta que  basan su ejercicio con actitudes y conductas de violencia, más justificadas, e incluso estimuladas, en los varones.
Socialmente al varón se le a hecho creer que debe llevar a cabo un rol de control, de fuerza, de liderazgo, de imposición sobre otros, principalmente sobre las mujeres; a la par al hombre se le ha castrado emocionalmente y se le ha negado la posibilidad de humanizarse, so pena de ser señalado y estigmatizado.
Lo antes dicho apenas nos ayuda a entender parte de la problemática de la violencia de género, que de ninguna manera ayuda a justificarla, ni siquiera añadiendo la inevitable historia de vida personal que también siembra en las personas precedentes familiares y sociales que pueden hacer que una persona sea violenta.
Tampoco confirma que sean solo los varones quienes generen violencia, con otros mátices las mujeres también juegan roles aprendidos de violencia, como sucede al momento de educar o corregir conductas en los hijos.
Desde una perspectiva gerontológica, se ha visto que a edades avanzadas aquellos hombres que ejercieron este rol de hombres violentos (machos) y que de alguna forma dañaron a su familia, a su mujer o a sus hijos e hijas, que dejaron una huella que no se se borró con los años (incluso en algunos casos se acrentó); después cuando han perdido el control y el poder, pasan a ser víctimas de quien él fue victimario: los hijos o las parejas suelen cobrar revancha maltratando y violentándolo.  También puede ser que las mujeres que educaron con mano dura y golpes a sus hijos e hijas, jueguen ahora un rol de víctimas de violencia. Sin olvidar de ningún modo que las personas que han sido violentas no van dejar de serlo solo por haber vivido más años, la bondad o la violencia no son caracteristicas de la vejez sino de la historia de vida.
A la par al movimiento feminista, ha habido hombres preocupados por cambiar esos roles injustos para ambos géneros, preocupados también por generar una nueva forma de relacionarse entre sí sin violencia, con buen trato, con humanismo; convencidos que el trabajo de desahogo y la contención en grupo son una herramienta eficaz para reeducarnos en la construcción de relaciones libres de violencia. 
Actualmente MHORESVI  ofrece un espacio para los hombres de todas las edades que quieran cambiar su forma violenta de vivir.  Su domicilio es Miguel Cervantes Saavedra 4-A, (Casi esquina con Calz. de Tlalpan), Col. Moderna, Del. Benito Juárez, Teléfono:  (55) 9180-4168,  correo electrónico: mhoresvi@yahoo.com.mx 
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