domingo, 23 de enero de 2011

Programa 04/11 del 23 de Enero del 2011

LOS VIEJOS, LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA
Invitado: Psic. Elizeth Altamirano López
Director de la Fundación CENPROGIAP
Las personas adultas mayores (y los niños) por su propia condición de vulnerabilidad pueden ser víctimas de violencia en todas sus formas; sin embargo la violencia que sufren con mayor incidencia es la violencia silenciosa: Psicológica y social; la exclusión que se ejerce hacia las personas de edad, tanto de los ámbitos laborales, productivos, educativos y de toma de decisiones, es una forma soterrada de violentar los derechos y la integridad de la persona.
Ante un entorno social cada vez más violento es indispensable educar para la Paz y la no violencia; este fenómeno es mundial y los esfuerzos por cambiar los patrones de conducta violenta vienen impulsados por movimientos y convenios internacionales, la UNESCO declaró al 30 de enero como el día mundial de la educación para la Paz y la No Violencia y proclamó el Manifiesto 2000 para una cultura de paz y no violencia.
Este manifiesto lo que establece es una serie de conceptos y valores para ser asumidos de manera personal y libre por cada ciudadano de cada país, con una actitud de compromiso y cambio en nuestros patrones hacia la violencia.
  • Respetar todas las vidas. Respetar la vida y la dignidad de cada persona, sin discriminación ni perjuicios
  • Rechazar la violencia. Practicar la no violencia activa, rechazando la violencia en todas sus formas y expresiones: Física, sexual, psicológica, económica y social, en particular hacia los más débiles y vulnerables.
  • Liberar su generosidad. Compartir mi tiempo y mis recursos materiales, cultivando la generosidad a fin de terminar con la exclusión, la injusticia y la opresión política y económica.
  • Escuchar para comprender. Defender la libertad de expresión y diversidad cultural, privilegiando siempre la escucha y el diálogo, sin ceder al fanatismo, ni a la maledicencia y el rechazo al prójimo.
  • Conservar el planeta. Promover un consumo responsable y un modo de desarrollo que tenga en cuenta la importancia de todas las formas de vida y el equilibrio de los recursos naturales del planeta.
  • Reinventar la solidaridad. Contribuir al desarrollo de mi comunidad, propiciando la plena participación de las mujeres y el respeto de los principios democráticos, con el fin de crear juntos nuevas formas de solidaridad.

Es necesario y urgente incorporar y promover estos conceptos a nuestros hábitos diarios, no es privativo para una generación; es imprescindible que los viejos asuman un compromiso igual al resto de la sociedad e incluso protagonizar más con su ejemplo y su consejo.

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